Fuente:*Pbro. Edduar MOLINA ESCALONA
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Venezuela ha sido cuna de hombres y mujeres visionarios, que con sus vidas han dejado un camino de siembra y esperanza que hoy son fruto de calidad de vida y bienestar para muchas generaciones. Tal es el caso, de la recordada doña Carmen América Fernández de Leoni, conocida cariñosamente como “Doña Menca”, ejemplo de valentía, de trabajo infatigable y perseverante, de lucha de la mujer venezolana, que como tantos otros ejemplos, han puesto de relieve en todo momento una marca imborrable en los primeros pasos de la naciente democracia. Con verdadero testimonio de servicio llevó muy en alto su dignidad de “primera dama”, pues de una imagen de figura social, Doña Menca, la lleva a un rol diferente al servicio de la familia venezolana, con una dedicación por entero a los más pequeños y desfavorecidos: “los niños: primavera de Dios”, como los llamó Juan Pablo II. De este modo, nos deja el legado social y moral para la posteridad al haber emprendido el fortalecimiento del Consejo Venezolano del Niño. Creando en 1966 la “Fundación Festival del Niño”, que consistía en un día especial para los niños, durante la semana anterior a la celebración de la Nochebuena; dedicada al esparcimiento, en la que los infantes gozaban de atención, comidas, regalos y espectáculos, atendidos por la comunidad, llevando la alegría a los de condición más humilde. En adelante se impulsó la construcción de un sinfín de albergues, casas cunas, jardines de infancia y colegios a nivel de todo el país, muchos de ellos llevan hoy el nombre de esta ilustre mujer.Fueron muchas las iniciativas, de promociones, campañas en la recolección de fondo, en conjunto con la colectividad, empresas privadas y hasta los valiosos aportes de la Iglesia con su experiencia de siglos en la pastoral social y de la infancia; práctica exitosa que se esparció como perfume de buena fragancia por la toda la patria, gerenciando seccionales en cada estado. Ante el impacto positivo que marcan las acciones de esta noble iniciativa, sobre todo en políticas en pro de la institución familiar, Doña Menca con una visión futurista, quiso darle el carácter de “acción permanente”; así nació la fundación “Festival del Niño” el 27 de septiembre de 1966, instrumento con principios jurídicos, aptos para que las esposas de los gobernantes actuarán en una efectiva acción social. Años después, en abril de 1975, la designación legal de la institución cambió a “Fundación del Niño”. Nombre que en abril de 2008, se le da la denominación de “Fundación el Niño Simón”, según Gaceta Oficial Nº 38.902, teniendo por objeto “atender de modo integral a los niños, niñas y adolescentes del país, en todas sus etapas del desarrollo humano. Estas metas de protección de niños y adolescentes se lograrán a través de la implementación de planes y programas de asistencia integral, dirigidos al mejoramiento de su calidad de vida. La fundación cumplirá su misión actuando de manera conjunta con los otros organismos competentes”. Siguiendo estos objetivos, nuestra fundación regional fue fundada el 2 de noviembre de 1968, siendo gobernador del estado Jesús Moreno Rangel. Se inicia con una callada y fructífera obra de manera especial a favor de los niños que hacen vida en las barriadas de la ciudad serrana, así como de nuestros apartados pueblos merideños.Debemos destacar y agradecer el trabajo tesonero de las honorables primeras damas, que a lo largo de estos 41 años de trayectoria han aportado proyectos y sueños para una mayor atención a tantas necesidades de los niños de nuestra Mérida. Su obra se ha enfatizado en las áreas de salud, educación, cultura y recreación, así como también la atención personalizada en la sede de la institución. De manera oportuna los 23 municipios han sido beneficiados con un trabajo directo en las comunidades; escuchando sus inquietudes, compartiendo de cerca los desvelos, sueños, esfuerzos y sacrificios, hasta el punto de convertirse en sus aliados incondicionales, reforzando así la imagen de familia como plataforma de desarrollo. El aplauso a todo el eficiente equipo de la Fundación Regional “Niño Simón”, por sus esfuerzos y trabajo solidario, en llevar hasta el rincón más apartado de la montaña andina o del pie de monte serrano, la esperanza y la vida a tantos niños y niñas, presente y futuro de la humanidad.Le corresponde a una mujer emprendedora, de reconocida vocación de servicio y de mucha iniciativa por nuestra Mérida, llevar las riendas de esta institución, nuestra apreciada Dra. Sandra Agostinelli de Díaz. En sus apenas once meses de gestión son muchas las obras que hablan de progreso en materia de atención a la infancia; por su profesión y mística como médico, la hemos visto en operativos y asistencia pediátrica, dando vida a los “pobres entre los pobres”. No escatimando esfuerzo alguno por meterse a un barrio y hacer sonreír al niño triste por la pobreza y la miseria; pero más allá, en el rinconcito de la montaña, a pie o a caballo, llevando esperanza de una mejor calidad de vida. Ésta es la Fundación del Niño, a la que me uno en su aniversario, pues mi experiencia sacerdotal siempre ha estado apoyando el trabajo del Reino, “hacer que nuestros pueblos tengan vida y la tengan en abundancia”. No puedo dejar de mencionar el trabajo en nuestros Pueblos del Sur, dirigido por la primera dama de Arzobispo Chacón, Emérita Guerrero de Chacón, con una dedicación especial en la atención integral a los pequeños de las comunidades más distantes de la geografía surmerideña. Ejemplo como éstos son dignos de admirar, pero sobre todo de imitar, para aportar juntos a la esperanza del mundo: nuestros niños. Que el Señor bendiga y conserve nuestra Fundación Regional “Niño Simón”. Enhorabuena. *Cronista oficial del municipio Arzobispo Chacón
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